El debate está en el mundo de la navegación. ¿Apuestas por volar o surcar?
Hace no muchos días, durante una reunión en la que de partida todos los presentes debían navegar en el mismo sentido en pro del deporte y la competición la trama se complicó. El lugar de reunión, una sala de un club náutico de solemne trayectoria en nuestro país. A los pocos minutos de su comienzo, y después centrar los objetivos de ambas partes, de repente el tema de los foils desencadenó la pérdida de asonancia de los convocados.
La cuestión, el dilema entre barcos con o sin foils. Un hecho que venía a colación dentro de la convocatoria pero que a priori la mayoría dábamos como superado.
De una parte los partidarios de la navegación en barcos con hidroalas como una evolución tecnológica y creativa. Por otro lado los defensores de la navegación a vela en barcos tradicionales.
El problema que apareció -y que he visto emerger en más de una ocasión- es que los parroquianos partidarios de la vela “tradicional”, defendieron sus argumentos descalificando la naturaleza de la navegación con foils, amparándose en que eso no es navegar, argumento que irritó a los ya tertulianos. Evidentemente esta nueva forma de navegar no es la forma en la que ellos – ni tampoco yo – aprendimos el arte de utilizar el viento y un barco para desplazarnos por los mares, dejándose de regirse algunos de los principios que se consideraban como verdades absolutas hasta hace unos años.
Entiendo que actuar y navegar fuera de los círculos de confort puede resultar, para algunos, desagradable pero la evolución siempre ha estado acompañada de la transgresión, pensando que las cosas se pueden hacer de forma diferente. Y digo diferente, y no necesariamente mejor.
Navegar un metro por encima del agua, cambiando el surcar los mares por la sustentación mediante unos perfiles hidrodinámicos evidentemente da sensaciones muy diferentes. El miedo a volver a empezar y sentirte un novato genera esa aversión a esta forma de navegación pero es lo que hay…
Como era de esperar la reunión se alargó más de lo establecido pero ni siquiera así la discusión logró llegar a buen puerto por mucho que se intentara ajustar el lenguaje y mediar en pro de la empatía entre las partes.
Pero esta discusión ha penetrado ya mucho en la masa social dirimiendo dos bandos bien diferenciados saliendo de las tabernas y llegando incluso al seno de la Real Federación Española de Vela donde la bicefalia también marca diferentes tendencias.
Pongámonos como nos pongamos la navegación con foils es el presente de la vela, no va a desaparecer por mucho que la vieja guardia lo pretenda. Ahora sólo la cordura es la que debe repartir sosiego en pro de fomentar los verdaderos valores de la vela.
Este artículo fue publicado en el suplemento de náutica del periódico ABC del mes de septiembre de 2019 y en su edición digital.