Ir a FITUR sin los deberes hechos es una pérdida de tiempo.
El sector del turismo náutico ha vuelto a asistir a la cita obligada de FITUR a sabiendas de que los más de 3.000 millones de dólares que se generan a nivel global se deben a la promoción en ferias internacionales como esta que se celebra cada final de enero en Madrid.
Si entendemos el turismo náutico por ese tipo de viajes denominados «Vacaciones Activas» en la cual se está en contacto con el agua a través de actividades náuticas o la navegación, España tiene unas condiciones inmejorables para ser uno de los destinos estrella para la captación de este tipo de turistas.
Durante mis tres días en FITUR, me ha sorprendido la falta de empatía que tienen algunos destinos nacionales de costa por el mundo del mar. También ha sido interesante el comprobar que los destinos donde el turismo náutico podría tener un alto poder de penetración en el mercado, es donde menos recursos se les presta e incluso se les llega a obviar. En cambio destinos con climas más adversos, como Galicia y el Pais Vasco, lideran la promoción y creatividad de lo que el mar y sus costas pueden ofrecer. La excepción la ha marcado la Comunidad Valenciana que pretende utilizar el turismo náutico como un elemento diferenciador de sus competidores del arco mediterráneo.
No obstante, a nivel general al sector le queda mucho camino que recorrer y debería ser Turespaña la que liderara el proceso con el objetivo de definir una estrategia de mercado para el turismo náutico que sirviera de base de crecimiento para todo el sector.
Visto lo visto en FITUR, todos los destinos, a través de la Marca España, deberían centrarse en generar una oferta homogeneizada y adecuada a los criterios de búsqueda de lo turistas náuticos.
Una vez conseguida esa oferta, sería cuando se debería dar el paso hacia la promoción global, intentando conseguir que los primeros prescriptores fueran los propios habitantes de las ciudades y pueblos costeros de España. Y eso se consigue a través de la promoción de la cultura del mar. Otro punto imprescindible para que el turismo náutico pudiera ayudar mas al crecimiento del PIB español sería la de arreglar y acondicionar la legislación actual, dejando de estigmatizar la náutica y el uso de embarcaciones, socializando el mundo del mar.
Para ello, sin lugar a dudas se necesita invertir en formación e información, tanto para la sociedad para que entiendan y conozcan lo que es el mar, como para los profesionales del sector que necesitan aumentar varios puntos su calidad empresarial. Por último, y no menos importante, el turismo náutico debería invertir en tecnología para fortalecer y asentar el sector, haciéndola potencialmente accesible.
Este articulo se publicó el 11 de febrero de 2019 en el periódico ABC.